Sonia Vivas formaliza la renuncia al acta y Podemos recupera la Concejalía de Feminismo de Palma
Lo hace horas después de que el alcalde afirmara que "sería bueno para ella" que lo hiciera
La sustituirá Claudia Costa, actual directora general de Participación Ciudadana de Podemos
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Sonia Vivas ha formalizado su renuncia al acta de concejala de Podemos en el Ayuntamiento de Palma, tras la crisis de gobierno desatada por la cancelada semana del Orgullo, y esta formación recuperará en los próximos días la Concejalía de Justicia Social, Feminismo y LGTBI, que desde el pasado jueves tras su dimisión, pasó a estar englobada en la regiduría de Turismo, Consumo y Sanidad con la concejala socialista, Elena Navarro, al frente.
Si no hay novedades, la hasta ahora directora general de Participación Ciudadana, Claudia Costa del Río, número cuatro de Podemos Palma en las elecciones municipales de 2019 al Ayuntamiento de Palma, tomará las riendas de la concejalía que lideraba hasta su dimisión Vivas.
Lo hará una vez que se complete todo el trámite administrativo pertinente que arrancará tras la comunicación de la renuncia al acta al pleno municipal, solicitándose a la junta electoral que aporte las credenciales de la integrante de la lista de Unidas Podemos, siguiente a los ediles que resultaron elegidos en los últimos pasados comicios municipales.
La formalización de la renuncia de Vivas se ha producido horas después de que el alcalde socialista, José Hila, manifestara esta mañana su confianza en lo haría, porque «sería bueno para ella», avanzando ya que una vez que eso sucediera, y entrara un nuevo miembro de Podemos en el gobierno municipal, la formación «recuperaría las competencias de Justicia Social, que en la actualidad ostenta Elena Navarro, de forma interina».
Se pone así el punto y seguido a una crisis de gobierno que ha enfrentado a los socios de Hila en la plaza de Cort, los independentistas de Més y Podemos, que deja muy tocada la imagen ya de por si deteriorada de un equipo gobierno, convertido en un reino de taifas donde las relaciones entre las áreas que lideran cada uno de los tres partidos son, prácticamente, inexistentes.